miércoles, 31 de enero de 2018

Concierto 30 años Conservatorio Amaniel

Nº CAMARAS: 7
STREAMING: 1280x720 (50 frames)
CDN: YOUTUBE LIVE
INTERNET: 4G
GRABACIÓN: 1920x1080 i50

La dirección del Conservatorio Profesional de Música Amaniel de Madrid quería inmortalizar la fiesta de celebración de sus 30 años enseñando y formando músicos: un concierto muy especial que, además, querían compartir con todos los amantes de la música. Un concierto que iba a tener lugar en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Madrid; el escenario soñado por cualquier músico.
Nuestro trabajo en las diferentes cadenas de TV, no nos deja mucho tiempo para poder dedicarnos a nuestros propios proyectos, pero una propuesta como la de este Conservatorio no podíamos rechazar. Iba a ser un duro y largo día, pero, un evento así, bien merecía que le dedicáramos uno de nuestros días libres de descanso. Parece que sarna con gusto no pica.
El Auditorio Nacional es un recinto tan prestigioso como solicitado. Lugar de multitud de conciertos y espacio de ensayo para orquestas como la ONE (la Orquesta Nacional de España). La Sala Sinfónica, la sala más grande y célebre, sería nuestro escenario.
A las 8 de la mañana nos abren las puertas para poder acceder con nuestros equipos. Repletos de emoción, empujamos nuestros 7 flightcase hacia el escenario principal. La programación de la Sala Sinfónica para ese día está muy completa y apretada. Tenemos dos horas para empezar a montar; de 8 a 10. A esta hora, entra la ONE a ensayar y nosotros tenemos que abandonar la sala. A las 13:00 horas, podemos seguir con nuestro montaje, pero a las 15:30 nos tenemos que ir otra vez porque la sala está reservada por otra orquesta. A las 18:30, nuevamente, se nos autoriza para continuar con el montaje y pruebas. ¿Pruebas? ¿He dicho pruebas? Nuestro evento comienza a las 19:30, y el público comienza a entrar a las 19:00. Eso quiere decir que no vamos a poder ensayar con el director y los músicos; ni, apenas, poder probar los tiros de cámara. Vamos, que la realización que vamos a llevar a cabo va a ser a la aventura; que vamos a tener que ir cazando a los músicos a vuelo.
Como somos un equipo pequeño con unos medios que nada tienen que ver con los de una cadena de TV, ni los de una megaproductora, no llevamos unidad móvil. Sino varios flightcase y racks en los que llevamos nuestras cámaras, equipos de realización y nuestro ordenador para procesar y lanzar al aire el streaming.
A las 8:00 am, y antes de que los músicos de la ONE comiencen a llegar, tenemos que asegurarnos de que vamos a tener sonido. Sobre el escenario cuelgan como unos quince micrófonos. Nuestro gozo en un pozo. Pertenecen a Radio Nacional y no se pueden ni usar ni tocar. No obstante, sí podemos usar los soportes colgantes que cuelgan del techo para colocar nuestros micros, y las líneas de patch que nos llevarán el audio hasta nuestro cuarto asignado para la realización. Pero tampoco tenemos tiempo para poner un montón de micros, probarlos, ecualizarlos y mezclarlos, así que optamos (no nos queda otra) que emplear una vieja, pero efectiva, técnica que se ha usado durante muchos años: la técnica ORTF. Esta nos proporciona un, más que aceptable, estéreo. “Tenemos audio. Vamos con las cámaras”.
Vamos a tener casi cincuenta músicos en el escenario y una centena de chicos y chicas en el coro. Tampoco podemos elegir las posiciones para situar nuestras cámaras. En ningún momento podemos obstaculizar las salidas de emergencia (faltaría más). Ni tampoco la visibilidad de los asistentes como público. Lo que nos obliga a alejarnos más de lo que nos gustaría. Una cámara a pie de escenario. Una cámara en cada anfiteatro lateral sobre el escenario. Una más en uno de estos anfiteatros. Otra cámara en el patio de butacas; atrás del todo; y otra en el primer anfiteatro; también en la última fila. Y una cámara más por detrás del coro para coger al director.
No llevamos un despliegue de equipos muy grande, pero si estamos a la última. Todas nuestras cámaras llevan conversores a fibra óptica que hacen que la tirada de cable sea de lo más liviana. Cable de seis fibras para repartir hacia los laterales. Tres cámaras por cable. Dos fibras por cámara. Ida, para señal de cámara; y vuelta, con retorno PGM, tally e intercom. Una última fibra duplex para la séptima cámara. Las fibras las recogemos un converter 4K. De este, ya en HDSDI, pasamos las señales a una matriz desde la que repartimos las señales hacía el mezclador, el monitorado y las tarjetas capturadoras de un PC que nos servirá como backup. El PC también se encargará de procesar la señal de programa para lanzar el streaming a YouTube Live.
Para el streaming no nos queda otra que el 4G. Estamos en un edificio casi ministerial y no podemos compartir su fibra. En el exterior la cobertura es buena, pero, claro, a medida que nos adentramos en el edificio y este está más insonorizado acústicamente, la cobertura se pierde considerablemente. No tenemos más remedio que movernos por el edificio en busca de una posición en la que la velocidad de transferencia de datos sea más alta. Tres plantas más arriba, hablamos de la cuarta, conseguimos llegar a los 25 Mbps de subida (hablamos de 4G). Esta debería ser suficiente para una emisión streaming con una resolución a 720 i50 a 4Mbps. Posiblemente también sería suficiente para hacerlo a 1080, pero no merece la pena arriesgarse a que la la retransmisión se ralentice con parones y tirones o, peor, se corte. 720 i50 es una calidad excelente para un evento como este.

Para la grabación decidimos asegurarnos y la llevamos a cabo en varios formatos. Un PGM (programa) en Quicktime PRO RES, un Cleanfeed de PGM (sin rotulación), también, en PRO RES, y un PGM en MP4. Además de la grabación en cada cámara en MOV, por si, posteriormente, queremos realizar un montaje diferente.


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